¿Cómo es el sector vitivinícola en España?
La Organización Interprofesional del Vino de España ha publicado el informe “Importancia económica y social del sector vitivinícola en España”, elaborado por la consultora AFI (Analistas Financieros Internacionales). El estudio pone de manifiesto el protagonismo capital que el sector nacional tiene a nivel mundial, siendo líder global en superficie de viñedo con más de 950.000 hectáreas dedicadas al cultivo de la vid.
Asimismo, España también es la primera potencia en superficie de viñedo ecológico, que representa un 13% del cultivo total. Estas cifras posicionan a nuestro país como el tercer productor de vino del mundo con cerca de 38 millones de hectolitros anuales. Además, parte de esta producción se distribuye entre un centenar de denominaciones de origen protegidas, que velan por incrementar el valor percibido del producto.
En cuanto al volumen de empresas implicadas en su cadena de valor, el vino español involucra a más de 4.000 empresas entre agricultores, productores, distribuidores y su comercialización. A estas actividades hemos de sumar el impacto positivo que tiene el sector vitivinícola no solo en la hostelería, sino también sobre el turismo; este como eje fundamental de la puesta en valor del vino español. No en vano, el enoturismo aglutina una treintena de Rutas del Vino de España.
Gracias a esta proyección del producto nacional, el vino español se exporta a 189 países. El alcance internacional del sector también se traduce en los 800 millones de euros de inversión extranjera que ha atraído en la última década. Respecto a investigación e innovación, el sector ha invertido en el último año más de 570 millones de euros dedicados a medioambiente y a la modernización de procesos e instalaciones.
Si nos ubicamos en términos de VAB (valor agregado bruto), el sector vitivinícola genera 23.700 millones de euros anuales, que equivale al 2,2% del VAB nacional. Casi la mitad de este valor agregado proviene de Castilla La Mancha, que es la comunidad autónoma líder en producción. Por su parte, el sector vitivinícola realiza una contribución directa a las arcas del Estado que supera los 3.800 millones de euros al año.
Asimismo, cabe destacar el papel de dinamizador económico y social que ejerce el sector vitivinícola sobre el mundo rural, luchando contra la despoblación; gracias a la fuerte vinculación del vino con el territorio. Es por tanto un sector que contribuye al reto demográfico, y que en adelante debe continuar esforzándose en materia de desarrollo sostenible; en especial por la incidencia que el cambio climático puede tener sobre la producción. Todo ello ha de contribuir a incrementar el valor percibido del vino español.