La cerveza en la prehistoria
Los estudios más recientes datan el origen de la cerveza en Israel hace 13.000 años. Investigadores de la Universidad de Stanford hallaron residuos de la producción de alcohol, a partir de la transformación de cereales, en una cueva próxima a la ciudad de Haifa. No se conocen restos más antiguos. Lo cierto es que esta cerveza primitiva poco tenía que ver con el concepto actual de la bebida. Sería un alimento más parecido a unas gachas o una sopa de cereales. Lo que está claro es que su consumo estaba vinculado a los eventos importantes, como por ejemplo la muerte, ya que estos restos de cerveza se encontraron en lo que fue una sepultura. Para estas personas, la cerveza suponía “un mecanismo de regulación social en las sociedades jerárquicas”, sostiene Wang, coautor del estudio.
Es tal la relevancia de la cerveza para estas culturas ancestrales, que algunas tesis señalan que fue la cerveza, y no el pan como creíamos hasta ahora, lo que dio lugar a la agricultura y a la vida sedentaria. “Este descubrimiento indica que hacer alcohol no fue necesariamente el resultado de la producción de excedentes agrícolas, sino que se desarrolló para fines rituales y necesidades espirituales, al menos hasta cierto punto, antes de la agricultura”, explica Li Liu, profesora en Stanford y responsable del estudio.
En España, los restos más antiguos de elaboración de cerveza los encontramos en Barcelona, en la cueva de Sant Sadurní. De hecho, este hallazgo supone los residuos de malteado y fermentación de cerveza más antiguos de Europa. Se descubrieron restos de cerveza en un ajuar funerario perteneciente al neolítico medio (5.500-4.000 aC). En lugar de lúpulo, los humanos prehistóricos utilizaban plantas de la zona como tomillo y artemisa. No conocían la existencia de la levadura, de manera que la fermentación sucedía bien de forma salvaje, dejando el mosto al aire libre, o bien porque añadían miel y/o bayas silvestres que poseen levaduras en la superficie.
En ambos casos, la cerveza dentro de la sociedad prehistórica cumplía una función “festiva” dentro de los rituales a los difuntos. Los expertos no creen que la cerveza sea fruto de un excedente de cereal, sino que los pequeños grupos la elaboraban deliberadamente.
Cabe mencionar la propuesta de Fermun Beers al replicar esta cerveza prehistórica y adaptarla al gusto actual. Para ello emplean malta de cebada, moras, artemisa, hierbaluisa y miel, que le otorga un gusto afrutado y suave. No utilizan lúpulo. Esta cerveza sirve para financiar la investigación del Colectivo para la Investigación de la Prehistoria y la Arqueología del Garraf.