Botellas de vidrio y latas de aluminio: diferencias y características
Más allá de los diferentes tipos de barril, botella de vidrio y lata de aluminio pelean por quién es el envase ideal para la cerveza ¿La verdad? No hay una respuesta definitiva. Cada formato tiene sus virtudes.
De ambos, la botella de vidrio es el recipiente más antiguo. Entre sus principales ventajas, envasar en botella es más económico a día de hoy respecto a la lata porque las máquinas embotelladoras son más baratas. Sin embargo, la botella es permeable a la luz y además pesa bastante. Sabemos que la luz deteriora el gusto y el olor de la cerveza por su interacción con el lúpulo. A su vez, una botella de vidrio que alberga un tercio pesa 230 gramos. Es decir, para desplazar 3 kilos de cerveza, necesitamos transportar alrededor de 5 kilos. En este sentido, la botella de vidrio es poco sostenible para exportar, por ejemplo.
En cambio, la botella de vidrio ofrece otras ventajas. Entre ellas, es un formato ideal para cervezas oscuras y/o alcohólicas previstas para la guarda y el añejado. Al envejecer una cerveza, buscamos siempre una evolución y una ligera oxidación. La botella de vidrio con su tapón corona permite este intercambio de gases a largo plazo. Sobre todo, esto se aprecia en botellas grandes de 75 centilitros en adelante. A modo de curiosidad, la botella de vidrio toma su nombre de reyes del antiguo testamento a partir de un determinado volumen. Así tenemos Jeroboam, Matusalem y Nabucodonosor entre otros.
Respecto a la lata, es un envase más reciente y que ofrece amplias ventajas respecto a la botella de vidrio. No en vano es tendencia que cada vez más cerveceras ofrecen su producto en este formato. La lata no permite intercambio de gases, es 100% opaca a la luz y además pesa poco ¿Parece la solución definitiva? Pues en realidad también tiene desventajas. Aparte de que resulte más cara por el coste de la maquinaria, existe el riesgo de que la lata se infle y explote como consecuencia de refermentaciones descontroladas. No obstante, sigue siendo el mejor formato para las cervezas donde el lúpulo es protagonista, ya que preserva su frescor de mejor manera. Incluso es ideal para exportar debido a que una lata de 33 centilitros solo añade un peso adicional de 15 gramos.
Como vemos, a pesar de las bondades de la lata de aluminio, la botella de vidrio no desaparecerá del mercado. Poco a poco quedará relegada a ediciones especiales con aspiraciones a perdurar como ocurre en el caso de los vinos. Tanto las latas con sus llamativas etiquetas como las botellas con su porte elegante seguirán peleando el mercado por muchos años. Y ahora tú ya conoces en qué caso elegir cada uno.