Qué diferencias hay entre la cerveza sin alcohol y la 0,0
Tanto en las estanterías de los comercios como en los bares, estamos acostumbrados a ver cerveza sin alcohol y 0,0. Recurrimos a ellas cuando tenemos que conducir o simplemente preferimos la sobriedad, ¿pero conocemos la diferencia entre estas denominaciones? Haberla la hay, según el Real Decreto 678/2016, de 16 de diciembre, por el que se aprueba la norma de calidad de la cerveza y de las bebidas de malta. En virtud de esta ley, para que una cerveza pueda etiquetarse “sin alcohol”, la graduación alcohólica debe ser inferior al 1%.
En el caso de la cerveza 0,0 no existe una regulación específica que la defina, pero la industria cataloga estas cervezas como las que tienen menos de un 0,05% de alcohol; ya que de superarse este límite el redondeo nos llevaría al 0,1%. ¿Y para una diferencia tan pequeña hacía falta crear dos categorías? Pues la verdad es que sí porque, tal y como recuerda la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios), la ingesta de dos tercios sin alcohol equivale al mismo volumen de alcohol que una caña corriente.
A priori no parece una diferencia significativa, pero esas décimas son cruciales para colectivos de riesgo que no pueden tomar alcohol como las embarazadas, e incluso puede resultar contraproducente en alcohólicos que están intentando superar su adicción. Respecto al valor nutricional de ambas bebidas, la verdad es que no existen diferencias apreciables, más allá de que la 0,0 tiene hasta un tercio menos de calorías que su hermana mayor “sin”, con alrededor de 22 kilocalorías por cada cien mililitros.
También difieren en su proceso de fabricación. Para lograr una cerveza sin alcohol, se procede a una fermentación controlada con unos tiempos verdaderamente cortos en comparación con una cerveza "normal". En cambio, para lograr una cerveza 0,0 se procede a retirar el alcohol mediante una máquina desalcoholizadora. Al tener una temperatura de evaporación más baja que el agua, es fácil retirar el alcohol aplicando temperatura a la cerveza. Sin embargo, durante este proceso cambian irremediablemente algunas de sus propiedades organolépticas.
En todo caso, España luce el galardón de ser el mayor productor europeo de sin alcohol a la par que el mayor consumidor, con una tasa que oscila el 16,6% de toda la cerveza. Esto es 2,4 millones de hectolitros al año. No obstante, el último informe socioeconómico de Cerveceros de España advierte que la pandemia tuvo un efecto perjudicial en el consumo de cerveza sin alcohol. Ante las escasas posibilidades de visitar un bar, el consumidor optó por disfrutar con indulgencia de la cerveza tradicional. Cabe esperar que la tendencia favorable a la cerveza sin alcohol no se vea alterada por esta circunstancia puntual.