Cómo dar el salto de la cerveza casera a cervecero nómada
Todos los cerveceros profesionales, antes de montar su empresa, hacían cerveza en casa. El homebrewing es el paso previo a la elaboración comercial, y cada vez es más fácil dar el salto. En parte, esto se debe a que pequeños fabricantes alquilan sus instalaciones a otros cerveceros nómadas para elaborar lotes ocasionales y así amortizar antes la inversión en maquinaria. De este modo, el beneficio es mutuo, ya que el cervecero nómada no requiere tanto capital inicial para comenzar a elaborar y hacer marca.
Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. Producir cerveza como nómada tiene sus riesgos, y la mayoría pueden evitarse a través de la experiencia y de la información previa. Por ello vamos a desvelarte algunos consejos que deberías tener en cuenta si estás en el trampolín del lúpulo:
- Antes de contratar una fábrica, prueba su catálogo de cervezas. Esto te dará una idea aproximada de los estilos en los que tienen mayor dominio, si te gusta cómo los ejecutan o si detectas defectos. Lo mejor es que busques una fábrica que produzca cervezas similares a tu concepto, ya que de esta manera podrán aportarte su rodaje y evitarte disgustos.
- El día de elaboración es solo uno, pero la cerveza se cocina en varias semanas e incluso meses. Asegúrate de saber si el precio que estás pagando solo te cubre un número determinado de días de maduración o si por el contrario el servicio cubre hasta que la cerveza esté acabada. Esto resulta de vital importancia en cervezas lager, sobre todo de perfil alcohólico y complejo como las doppelbock, o en ale fuertes como las imperial stout. Estas cervezas necesitan varios meses de maduración hasta llegar a su punto óptimo para envasado.
- Hacer cerveza en casa no es igual a elaborar en una fábrica. La receta tiene que cambiar necesariamente. Los procesos no serán idénticos. Cuidado con exigir procedimientos complejos. Por ejemplo, en una fábrica es complicado realizar decocciones por las limitaciones del equipo. Si tu receta exige algún procedimiento especial, mejor busca una fábrica que permita llevarlo a cabo sin que suponga una alteración de su forma de trabajo habitual.
- La mayoría de veces, el propietario de las instalaciones solo se hará cargo de los costes cuando existe un fallo evidente por su parte o una contaminación manifiesta. Por ello, déjate guiar por sus consejos, aunque tampoco dejes de lado tu responsabilidad porque estás arriesgando tu capital en cada lote. En el término medio está la virtud. Al final, se trata de trabajar mano a mano.
Con estos consejos ahorrarás más de un disgusto. Por supuesto, tienes que hacer números y estimar la opción más rentable; pero siempre contempla distintos escenarios antes de dar nada por sentado. Sobre todo, si es tu primer lote, ese que te dará a conocer. A veces una cerveza correcta y sencilla es la mejor manera de causar buena impresión.