Cómo el vermut ha conquistado el mediterráneo
El vermut ha ganado popularidad en España, donde es una bebida tradicional que se consume en bares y terrazas. Exploremos su historia, sus ingredientes, cómo se elabora y cómo se consume.
La historia del vermut
Bebidas similares al vermut ya se consumían en la antigua Grecia y Roma. Sin embargo, en 1570, Giovanantonio Soderini escribió que el vermut era de origen alemán y húngaro, haciendo referencia a una bebida aromatizada preparada en los Balcanes, concretamente en Bulgaria, y que se llamaba Polí.
No fue hasta 1786 cuando Antonio y Beneditto Carpano crearon el concepto moderno de vermut en Milán. La base era un vino moscatel, azúcar, alcohol, caramelo y diversas sustancias aromáticas, hierbas, hojas y especias para personalizar el sabor. Más tarde, en 1838, los hermanos Luigi y Guiseppe Cora lograron darle un carácter industrial al vermut y fue entonces cuando empezaron a aparecer otras marcas famosas en Italia como el Gancia (1850), Ballor (1856), Cinzano (1860) y el Martini (1863).
En Francia, los licoristas de Chambery Comoz, Chavasse y Dolin crearon el vermut blanco en 1821, ya que no podían competir con el consolidado vermut italiano. En España, el vermut llegó desde Italia a finales del siglo XIX, y Reus empezó a producir los primeros vermuts nacionales. Desde entonces se convirtió en una bebida tradicional; que se sirve en copa con hielo, una rodaja de cítrico y una guinda. Se consume como aperitivo, antes de la comida. Se puede tomar solo, o se puede mezclar con gaseosa o tónica.
¿Pero qué lleva el vermut que lo hace tan diferente?
El vermut se elabora a partir de vino blanco, que se aromatiza con hierbas y especias. Los ingredientes más comunes son la artemisa, la genciana, la angélica, el ajenjo, la canela, la nuez moscada y la vainilla. También se pueden añadir otros ingredientes, como la cáscara de naranja, la cáscara de limón, el clavo, el cardamomo y la raíz de regaliz.
El proceso de elaboración del vermut comienza con la selección del vino, que reposa durante varios días con la mezcla de botánicos que antes hemos mencionado. Después de la maceración, se filtra y se añade alcohol (lo que se conoce como encabezonar) y azúcar. El vermut se asienta durante varias semanas para que los sabores se mezclen y se suavicen.
Su versatilidad hace que se pueda disfrutar de muchas maneras diferentes, y es una excelente opción para aquellos que buscan una bebida refrescante y sabrosa.
