
¿Qué es la cerveza artesanal?
La etiqueta artesanal se ha extendido rápidamente por el sector cervecero español. En este sentido, no resulta extraño que empresas de toda índole intenten sentar cátedra de la correcta definición de cerveza artesanal para captar así nuevos clientes. Aunque cerveza artesanal es una traducción del inglés “craft beer”, tampoco termina de ser una equivalencia precisa. Incluso podría traducirse como cerveza creativa. Además, también hay que distinguir entre cerveceras artesanales y cerveceras independientes.
Días atrás, AECAI (Asociación Española de Cerveceros Artesanos Independientes) lanzó un sello para identificar a sus socios y defenderse del intrusismo de terceras marcas que no cumplen con su filosofía. Los requisitos para entender la buena definición de cerveza artesanal serían:
- Producción inferior a los 5.000.000 litros anuales.
- No emplear ingredientes distintos a la malta de cebada y/o trigo como fuente de almidón con la finalidad de abaratar los procesos productivos.
- Independencia de cualquier gran grupo cervecero.
A través de esos tres puntos podemos llegar a una aproximación de lo que significa la cerveza artesanal en España. Sin embargo, no es una definición de cerveza artesanal perfecta ¿Qué ocurre cuando una cervecera artesanal se vende a un gran grupo? ¿Deja de ser artesanal aunque mantenga los procesos? Esta cuestión, que ya viene de largo, es objetivo de interminables debates.
Ahora bien, dentro de las cerveceras independientes, tampoco es lo mismo una microcervecera que una cervecera consolidada. No tiene mucho sentido englobar a Sierra Nevada Brewing Company (California, USA) -que tiene un volumen de producción igual o superior a Mahou o Cruzcampo- con un pequeño obrador rural con capacidad de 5.000 litros. Aunque los procesos sean similares en principio, Sierra Nevada tiene mayores recursos a su disposición para llevarlos a cabo.
Del otro lado, encontramos las micros experimentales de las cerveceras industriales. Es el caso del Brewhub de Mahou en Córdoba o La Fábrica de Cruzcampo en Málaga. Se trata de plantas piloto donde los grandes grupos realizan pruebas e innovaciones a pequeña escala. Por supuesto, cuentan con la última tecnología, personal experto que en algunos casos viene del mundo artesanal y una vocación disruptiva. Es en estas plantas donde después elaboran cervezas a medida para presentar a concursos.
Por tanto, a la hora de degustar una cerveza, hemos de tener presente el contexto en el que se ha elaborado. Aunque esto en ningún caso sirve para justificar productos en mal estado o contaminados, sí que nos permite entender por qué unos lotes guardan más regularidad frente a otros o por qué unas cervezas son más caras que otras. Los recursos de los que dispone la empresa, y cómo lleva a cabo sus procesos, influyen en el resultado final.