
Limpieza y contaminaciones en sistemas de cerveza
Las contaminaciones que pueden arruinar una cerveza
Durante la elaboración de cerveza pueden aparecer distintas contaminaciones, ya provenga de las materias primas o de la carencia de limpieza del equipamiento utilizado, aparte de por fallo en el proceso de elaboración. Un gusto ácido indica acetaldehído, que surge por la interrupción prematura de la fermentación o por infección bacteriana. A su vez, el sulfuro de dimetilo provoca un olor a podrido. Permitir su evaporación y desinfectar los equipos evita este compuesto. Respecto a la falta de higiene, la acción bacteriana puede provocar indol. Este componente se materializa en un sabor fecal, y acarrea problemas estomacales. El adecuado mantenimiento de los equipos evita estas y otras contaminaciones. También aparecen contaminaciones en el dispensado de la cerveza, que deben su origen de diferentes maneras, o bien de la propia cerveza que ya venga contaminada o por la carencia de higiene y mantenimiento del equipo de dispensación.
Cómo limpiar un dispensador de cerveza
La higiene es clave en el uso de un tirador de cerveza, con la misma importancia que se da en la producción de cerveza. Se acumulan sedimentos y microorganismos nocivos que alteran el sabor de la cerveza, además está a temperatura ambiente y eso conlleva que sedimente más la levadura, llegando a provocar obturaciones. Lo ideal es limpiar la instalación con cada cambio de barril, aunque por falta de tiempo o despiste no se lleva a cabo tanto como se debiera, una vez cada dos semanas si se usa constantemente será suficiente, siempre respetando los estilos de cerveza cada vez que se pincha un barril nuevo. Es lógico pensar que si se substituye la cerveza de una línea de Stout a Session IPA el sabor está alterado. Para este fin, haremos pasar por sus conductos una solución de agua fría y Purexol (hidróxido de potasio), que luego enjuagaremos con abundante agua. Después habrá que purgar el nuevo barril para acabar de arrastrar el agua y el exceso de gas acumulado en el barril. También conviene limpiar el acople al barril y las piezas del grifo periódicamente. Así se garantiza siempre la calidad de la cerveza.